jueves, 20 de febrero de 2014

El bailarín que ahora tiene DNI

Cristian es el quinto hermano de 9 hijos y nació en su casa, en la Villa la Cava. Días después agentes de Salud Pública del Municipio de San Isidro lo llevaron para controlarlo en la maternidad donde estuvo en observación por diez días, para luego volver a su casa en la cual vive actualmente. 

Siempre supo que no tenía DNI, pero pensaba que era porque había que pagarlo, y como “no había nunca plata para comprar en el kiosko...” encontró en ello una explicación. Su padre lo apodo “Maicol”, pero cuando llego el momento de su escolarización su tía lo inscribió en la escuela del barrio con el DNI de su primo llamado Juan. Con ese nombre termina la escuela Primaria.

A los ocho años empezó a participar en el Centro Cultural Puertas al Arte, que desarrolla una importante labor comunitaria en las cercanías del Barrio de la Cava, junto  con sus primos. El Centro Cultural Puertas al Arte es el fruto de la labor comunitaria de la Fundación Crear Vale la Pena, que oportunamente fundará la reconocida socióloga Inés Sanguinetti, que al ser lindera de una Iglesia donde Cristian ayudaba a limpiar permitió que un día “Maicol” decida ingresar y desde entonces ser parte de este colectivo cultural. 
En la adolescencia comienza a bailar "el  baile como pasatiempo mientras se armaba el rompecabezas para obtener mi documento." Es por ello que toma la decisión de obtener su DNI y descubre que si espera a los 18 años le será más sencillo conseguirlo, ya que sin contar con el apoyo de un mayor el juicio de inscripción fuera de término se hará mucho más complicado. 

En nuestro país los niño/as indocumentados mayores de 12 años deben iniciar un juicio de inscripción fuera de término en un ámbito judicial que permita demostrar que la persona no fue inscripta al nacer, que no esta anotada con otro nombre y demostrar que existe relación entre su masa corporal y la edad presunta. Si el indocumentado es mayor de 18 años puede iniciar por su cuenta dicho Juicio. 

Como en una historia de amor, tres meses antes de cumplir la mayoría de edad, “Maicol” conoce a Meli, su novia desde entonces y quién será su principal sostén en el largo proceso de acceder a su Documento. 
Para ello esperan al día de su cumpleaños número 18 para ir a la Defensoría de Familia Nº 8 del Departamento Judicial de San Isidro llevado la única documentación con la que contaba, el Certificado de parto extendido en la Maternidad de San Isidro donde se dejo constancia del nacimiento de un niño varón, aclarando que el mismo se llevo a cabo en un hogar. 

Sus ganas, su decisión de participar en un concurso internacional, el apoyo de su novia y el compromiso de Juan Satorre, quién por entonces desde el Centro Comunitario Puertas al Arte, acompañaron a “Maicol” en la larga espera que azota a los miles de indocumentados de nuestro país que requieren de esta instancia judicial para acceder a su identidad oficial. 

De la misma manera, Paula Mascías, Marcela Brizuela, la Concejala María Eugenia Arena, su familia y todo el Centro Cultural hicieron posible que los obstáculos burocráticos no lo hagan desistir, ya que en algún momento abandono todo “sintiendo que no lo lograría”.  En estos días “Maicol” celebra que su novia gano una beca para estudiar comedia musical en la academia de Julio Bocca, mientras él consolida su carrera como bailarín profesional con la certeza que no conoce techo. 

Al parecer un proyecto documental lo tendría de protagonista si el INNCA aprueba el proyecto, mientras tanto un indocumentado deja de serlo.

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